Las obras de arte suelen tener un valor diacrónico, tanto en el aspecto artístico como en el económico. Lamentablemente, el tiempo aumenta el valor, pero también las deteriora.
Este deterioro inevitable que padecen las obras de arte se debe, sobre todo, a que se ven expuestas a condiciones de conservación que carecen de idoneidad. La luz, la contaminación ambiental, la humedad, la nicotina y todo tipo de accidentes pueden llegar a causar estragos en las mismas.
Los trabajos de conservación se centran principalmente en la limpieza de las obras de arte y, en ocasiones, en completar las partes que le faltan.
La restauración de una obra de arte pertenece a un ámbito de especialización en el que una obra se repara sustituyendo partes «heridas».
El artículo 9 de la Carta de Venecia menciona que: «La restauración es un proceso extremadamente especializado. Su finalidad es la de conservar y poner de relieve los valores estéticos e históricos de la obra de arte, y se fundamenta en el respeto por los materiales originales y auténticos. La restauración debe detenerse allí donde comienzan las hipótesis. En todos los casos, la restauración estará siempre precedida por un estudio histórico de la obra».
La restauración de una obra de arte presupone experiencia y un profundo conocimiento no sólo de la obra, sino también del artista que la realizó, de los materiales utilizados y del periodo histórico en que fue creada.
El Centro de Investigación NIKIAS dispone de laboratorios especializados en conservación y restauración.
Los expertos que trabajan en NIKIAS, además de tener conocimientos multidisciplinares sobre materiales y técnicas, estudian en profundidad la obra de arte antes de comenzar cualquier tipo de intervención. Una vez escogidos los materiales y la técnica a utilizar, se procede a realizar la conservación o la restauración, basándose siempre en el respeto por la obra, por las peculiaridades expresivas del creador y por los movimientos artísticos.